Un estudio elaborado por el sector de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) revela que los impuestos explican el 44.8% del precio que paga el consumidor por un kilo de durazno fresco, mientras que el productor primario solo es responsable del 12.8%.

Nuestro país se encuentra entre los tres principales productores de durazno del Hemisferio Sur, con más de 100 mil toneladas anuales -para industria y fresco-, destinando más del 60% a la industria, más del 30% al consumo en fresco y más del 1% a la exportación en fresco. La provincia de Mendoza concentra el 83% de la producción de duraznos del país, con aproximadamente 6000 hectáreas implantadas, seguida por Río Negro y Neuquén, con unas 750 hectáreas implantadas, según el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA). En cuanto al volumen comercializado entre los meses de noviembre a abril en el Mercado Central de Buenos Aires, se estiman aproximadamente unas 19.500 toneladas de durazno en fresco.

Tras analizar los costos, impuestos y ganancias netas de cada eslabón, podemos concluir que de los $210.8 en los que se vendió un kilo de durazno fresco en Capital Federal –precio promedio de marzo 2021-, el productor explica el 12.8% ($27); el galpón de empaque y la cámara de frio el 15.8% ($33.4); el mayorista –puestero del Mercado Central de Buenos Aires– el 10.9% ($23); y el minorista –verdulería e hipermercado de Capital Federal–  el 15.7% ($33.1). Por su parte, la presión tributaria del Estado, en sus tres niveles, asciende a 44.8% ($94.3).

Una vez más, el peso del Estado queda expuesto: el 75.1% son impuestos de origen nacional, mientras que el 24.9% son provinciales o tasas municipales. Además, al analizar los tributos específicos de la cadena de valor desde la cosecha del durazno en la provincia de Mendoza hasta su venta en Capital Federal (aprox. 1150 km.), el 38.4% corresponde al IVA, el 30.8% a Ganancias, el 12.8% a otros impuestos provinciales o tasas municipales, el 12.1% a Ingresos Brutos y el 5.9% a contribuciones patronales de la mano de obra.

“La pelusa que causa verdadero malestar son los impuestos y no solo en el durazno, sino en todos los agroalimentos. En detrimento de la rentabilidad, la carga fiscal en Argentina sigue en aumento y nos obliga a cancelar o, en el mejor de los casos, a postergar cualquier tipo de inversión”, afirmó Eduardo Rodríguez, presidente del sector de Economías Regionales de CAME.

Del precio que abonó el consumidor en góndola ($210.8), además del 44.8% correspondiente a impuestos ($94.3), el 29.7% ($62.5) corresponde a costos y el 25.6% ($53.9) a ganancias netas.

Metodología

Durante los meses de marzo y abril 2021, CAME analizó la cadena de valor del durazno fresco desde el productor, ubicado en el caso de estudio en la provincia de Mendoza, hasta su comercialización en Capital Federal, bajo la técnica de simulación en los distintos eslabones que la componen.

Para la conciliación de los datos, los costos y valores nominales expresados corresponden a marzo 2021. En relación a los eslabones mayorista y minorista, se consideraron 15 puntos de venta de Capital Federal –4 grandes cadenas (hipermercados) y 11 comercios de cercanía (verdulerías)-.

Las etapas de la cadena identificadas fueron:

  • Productor primario: implica el diseño y armado del monte frutal, desde la preparación del suelo hasta la producción de plantines, la implantación y la conducción del monte. Con las plantas ya en desarrollo vegetativo y productivo (pueden pasar hasta 8 años hasta que comienza a producir comercialmente), se incluyen las tareas culturales que año a año se deben realizar -poda, raleo, cosecha y tratamientos fitosanitarios, entre otras-.
  • Galpón de empaque y Cámara de frío: involucra tareas de traslado del durazno desde la puerta del campo hasta el galpón donde se realiza la limpieza, clasificación, acondicionamiento de la fruta, empaque y suministro de frío.
  • Mayorista (Mercado Central): incluye tareas de traslado desde Mendoza hasta el Mercado Central de Buenos Aires (aprox. 1150 km.), descarga y traslado dentro de las distintas naves del Mercado, y comercialización a externos. Por lo general, el operador o puestero recibe la fruta en consignación.
  • Minorista (verdulerías e hipermercados de Capital Federal): implica las tareas de compra y traslado desde el mayorista del Mercado Central hacia el establecimiento de venta, mantenimiento del lugar, costos generales.

Fuente: CAME