Parte de las regalías deben destinarse a infraestructura
Santiago Laugero en la apertura del Foro Agroindustrial 2025:
La historia económica, social y cultural de Mendoza tiene raíces profundas en la agroindustria. Nuestras cadenas de valor, los clusters, las cooperativas, y las integraciones productivas han forjado no solo el perfil económico provincial, sino también nuestra identidad como comunidad. La agroindustria es presente, pasado y futuro de Mendoza, y de ella dependen actividades que la trascienden, como el enoturismo que es el gran emblema de esa integración virtuosa.
Por eso, este foro no es solo un encuentro de diagnóstico: es una convocatoria a la acción. Una invitación a animarnos a soñar con una Mendoza que transforme sus recursos en desarrollo sostenible, que convierta el esfuerzo de sus productores en oportunidades para los jóvenes, que se plante frente al mundo con orgullo y visión de futuro.
Nuestras empresas, y especialmente las pymes, enfrentan un escenario desafiante. La decisión del gobierno nacional de avanzar con una fuerte desregulación de las importaciones, pero sin una planificación integral, ha erosionado la competitividad de nuestra industria. El “costo argentino” es alto en comparación con los países con los que más comerciamos, y nuestras pymes agroindustriales compiten en condiciones desiguales.
La apertura económica debe necesariamente estar acompañada de medidas que mejoren la competitividad de nuestra industria. De lo contrario, enfrentaremos cierres de establecimientos y pérdida de puestos de trabajo. Sabemos de la calidad y aceptación de nuestros productos, dentro y fuera del país, pero la diferenciación por sí sola muchas veces no alcanza.
Desde la FEM, que integra a múltiples cámaras vinculadas a la agroindustria, subrayamos la necesidad de políticas de Estado que trasciendan gobiernos y garanticen un marco estable y previsible. Políticas que reduzcan impuestos distorsivos, promuevan políticas de empleo que incentiven la toma de personal, generen instrumentos financieros adecuados a las realidades y necesidades de nuestras cadenas agroindustriales, y nos den acceso a acuerdos comerciales que abran nuevos mercados y consoliden nuestra presencia en los ya existentes.
La competitividad es el gran desafío. Y requiere responsabilidades y compromisos compartidos:
- Las empresas, optimizando costos y fijando precios con rentabilidades razonables.
- El Estado, simplificando trámites y avanzando en reformas impositivas, laborales y financieras que equilibren la cancha frente a los productos extranjeros que aparecen cada vez con más fuerza en las góndolas argentinas. También actuando en problemas estructurales y coyunturales que los privados no pueden resolver.
En este sentido, quiero destacar tres medidas tomadas desde el Ministerio de Producción provincial: el operativo de combate a la Lobesia Botrana, la mejora en la cobertura y cobro del seguro agrícola, y los programas de fortalecimiento institucional con orientaciones específicas a mejorar la información y comunicación de los sectores económicos.
Dentro de los temas transversales y estratégicos para nuestro desarrollo: energía, agua, combustibles, logística, arraigo territorial, sanidad, información, tecnología e innovación; quiero centrarme en algunos que hoy consideramos prioritarios:
- Energía: La alta actualización del Valor Agregado de Distribución (VAD) ha llevado a Mendoza a tener una de las tarifas más altas del país, lo que afecta la competitividad de nuestras empresas. Necesitamos políticas energéticas de largo plazo que acompañen la adaptación y reconversión energética, incluyendo el financiamiento y promoción de la instalación de energías renovables en pequeña y gran escala. Debemos entender que la energía es un bien estratégico y no un bien de mercado.
- Agua: la eficiencia en su uso y distribución es vital para la sostenibilidad del sector; siendo un recurso cada vez más escaso, no podemos darnos el lujo de administrarlo en forma discrecional. Para el eslabón productivo define su subsistencia; es prioritario desarrollar planes de ordenamiento territorial que contemplen lineamientos estratégicos para la producción agroalimentaria.
- Arraigo: debemos generar condiciones para que los jóvenes encuentren en nuestras comunidades rurales un lugar para desarrollarse, con acceso a educación, salud, conectividad y oportunidades laborales. No podemos perder de vista estas condiciones si queremos propiciar que las nuevas generaciones puedan crecer y desarrollarse en sus comunidades de origen.
- Logística: mejorar nuestras rutas viales y ferroviarias, desarrollar plataformas logísticas, cerrar los anillos eléctricos, garantizar la conectividad con los principales puertos y mercados, son necesidades vitales para reducir tiempos y costos, aumentando así nuestra competitividad en el mercado global.
Celebramos la decisión del gobierno provincial de destinar los fondos del resarcimiento a infraestructura productiva. Y creemos indispensable que el sector privado participe en la definición de los proyectos a encararse: nuestra visión es un complemento necesario para orientar decisiones fundamentales para el despegue de la actividad económica de Mendoza.
Mendoza enfrenta el desafío de administrar con inteligencia sus recursos naturales. En ese marco, desde la FEM queremos proponer que un porcentaje de las regalías petroleras, hidroeléctricas y mineras —cuya distribución seguramente será próximamente discutida— tenga como destinos concretos la realización de obras de infraestructura productiva, y de fondos destinados para su aplicación en líneas de financiamiento para inversión. De esa manera, transformaremos rentas extraordinarias en desarrollo productivo sostenible, en oportunidades de crecimiento para nuestras pymes y en bienestar para toda la comunidad.
Lo hemos expresado en muchas ocasiones y lo reafirmamos hoy: somos parte del interior productivo que siempre confió y apostó por nuestro país. Desde ese lugar renovamos nuestro compromiso con una agroindustria fuerte, sostenible y competitiva, abriendo oportunidades para las próximas generaciones.